Soy Alejandra Rossiñol, psicóloga general sanitaria y formada en EMDR
SOBRE MI
Estudié psicología en Madrid y posteriormente realicé el Máster General Sanitario. He realizado formación en EMDR, una técnica para trabajar trauma. Trabajo en el Programa de Protección Internacional de Refugiados y en mi consulta privada, en la que realizo terapia individual así como rehabilitación cognitiva, para la cual estoy realizando un Máster en Neuropsicología.
Mi interés por la psicología surgió por una necesidad de conocerme más, de continuar creciendo y ganando herramientas. Un camino que probablemente no tiene fin.
«Me siento del revés, pero ¿Cómo sé que estaba del derecho en primer lugar?»
¿Porqué acudir al psicólogo/a?
Si te estás realizando esta pregunta, probablemente ya te planteas que hay algo en lo que puedas mejorar, o te das cuenta de que algún aspecto de tú vida no funciona de la manera que más te gustaría.
Muchas veces nos viene esta pregunta a la cabeza, pero nos repetimos que es algo que podemos gestionar o nos decimos que no tiene tanta importancia. Quizás pasas por un bache, por un bajón emocional o una trampa mental y en ese momento te planteas si deberías solicitar algún tipo de ayuda. Sin embargo, no llegas a tomar la decisión y al cabo de unos días te regulas, te sientes mejor y te olvidas. Hasta que te vuelves a ver afectado/a y vuelves a sentir que te supera, solo para repetir el ciclo otra vez.
Confiamos en que las cosas cambien o pierdan la importancia, pero tú mente/corazón te está diciendo que hay algo que te afecta. Y aunque seas capaz de identificar qué es, quizás no eres capaz de reconocer el porqué, o qué subyace. Quizás entiendas todo el funcionamiento, pero no tienes o no sabes utilizar las herramientas para darle un giro, para reorientarlo.
Aquí es donde un/a psicólogo/a te puede ayudar, a reconocer elementos que tú, por estar muy cerca, no identificas, y a realizar un cambio.
Quizás puedes no estar seguro/a de que el motivo por el que llamas a nuestra puerta sea lo suficientemente importante, pero en lo que sí que puedes confiar es en que mereces ser feliz y darte lo mejor para ti.
Motivos para ir a terapia
Quizás te puedes sentir de alguna manera identificado/a con las siguientes situaciones. Estas, son motivos perfectamente válidos para acudir a terapia y con los que definitivamente se puede trabajar.
- Sientes que puedes estar repitiendo patrones inconscientes que afectan a tú vida y te gustaría comprender cuales son, de donde salen y como utilizar otras herramientas más sanas.
- Te das cuenta de que algunas situaciones te afectan o te hacen reaccionar de una forma que no te gusta y de la que sientes que no tienes control.
- Sientes falta de energía e interés por las situaciones de tú vida o aquellas que antes te interesaban.
- Te gustaría conocerte mejor y aprender a aceptarte.
- Has vivido una situación desagradable o traumática y te gustaría dejarla atrás, que no te afecte.
Rehabilitación cognitiva:
- Tienes un familiar con indicios de deterioro cognitivo y te gustaría trabajar sus capacidades cognitivas con tal de alargar su funcionalidad y entrenar herramientas para sustituir aquellas que no le son útiles.
- Tienes un familiar con deterioro cognitivo y te está costando gestionar la situación o el rol de cuidador/a te está abrumando.
Servicios
Atención individual
En la atención individual se inicia con una evaluación de la problemática del cliente y de los aspectos involucrados (tanto ambientales como internos).
A continuación empezamos con el cambio personal, en el que se utilizan distintas técnicas adaptándose a las necesidades de cada persona, desde activación conductual, a exposición, meditación o mindfulness, EMDR, aprendizaje de nuevas herramientas, etc.
Rehabilitación cognitiva
En el proceso de rehabilitación cognitiva se trabajan demencias o lesiones cerebrales desde tres perspectivas:
- La recuperación: consiste en reentrenar capacidades que han disminuido.
- El mantenimiento: conseguir que el funcionamiento actual no se pierda.
- Sustitución: entrenar otras áreas que suplan las pérdidas.
Evaluación psicológica
Durante la evaluación psicológica se utilizan pruebas cognitivas en las que se estudian las capacidades cognitivas en áreas como la memoria, el lenguaje, funciones ejecutivas, etc. O pruebas de personalidad en las que se tienen en cuenta dimensiones de la personalidad como agresividad, psicoticismo, ansiedad, evitación social… entre otras.
Para posteriormente dar un informe detallado.
«Si lo piensas, hazlo. Si lo sientes, dilo»
¿Qué es el EMDR?
Piensa por un momento en la frase «ojos que no ven…», probablemente al leer el inicio tú cerebro haya completado automáticamente con «…corazón que no siente». Las redes cerebrales funcionan de una forma muy similar, ciertas situaciones han sido almacenadas con los elementos en los que sucedieron. Un ejemplo sencillo: tengo que realizar una exposición en clase, pero me equivoco mucho en diferentes momentos, siento ansiedad y vergüenza y tengo que acabar saliendo por dolores estomacales…
Quizás, la próxima vez que vaya a ese aula, o me encuentre con el profesor, conecte con las mismas sensaciones de ansiedad y vergüenza. Eso se debe a que mi mente no ha podido procesar la situación de una forma funcional y, por lo tanto, se siguen activando las mismas redes.
Esto se puede cambiar. Con el procesamiento por EMDR, conseguimos distanciarnos de la situación, sacar el aprendizaje de ella y sentirnos capaces de afrontar esa situación en un futuro con mayor calma.
El EMDR consiste en realizar una estimulación bilateral, ya sea con toques en las manos, movimientos oculares o sonidos. La explicación de su éxito se basa:
- En primer lugar, en que la estimulación bilateral permite activar los dos hemisferios del cerebro al mismo tiempo, de forma que podamos conectar la interpretación racional y la emocional de un evento y de esta forma integrarlo.
Cuando ocurre un suceso traumático y no conseguimos dejarlo atrás, en ocasiones es, porque hemos procesado únicamente desde un hemisferio cerebral y no se ha integrado el suceso de una forma funcional.
- El EMDR se relaciona con la fase REM del sueño, en la que también ocurren los movimientos oculares y que permite al cerebro asimilar los sucesos del día. De esta forma se permite reintegrar los sucesos traumáticos.
Alejandra Rossiñol Psicología 